viernes, 28 de noviembre de 2008

INGENIERÍA de SONIDO: LA MEZCLA 1.

Planteamiento general: LA MEZCLA.
Justificación de la necesidad de emplear dinámica, EQ y FX.

El proceso de grabación se puede descomponer en distintas fases (grabación, mezcla y masterización a grandes rasgos), a lo largo de las cuales se producen imperfecciones.

Por ejemplo, durante la grabación o toma de sonidos entran en juego muchos factores:

• Las características de la sala de grabación (con sus resonancias, …).
• Micrófonos (captan ruidos indeseados que colorean o distorsionan la toma original en mayor o menor medida, además de sus características específicas: , respuesta en frecuencia, su colocación …)
• Los instrumentos (la calidad de las maderas o la electrónica empleada, mantenimiento…).
• El propio músico (su destreza, ejecución…)
• Otros pequeños detalles que a priori no se tienen en cuenta, como adaptación de impedancias (micro-previo), fase, estado de los cables, conexiones...

En la actualidad, los equipos de estudio son fruto de la experiencia y de la evolución tecnológica. Este hecho nos ofrece la posibilidad de conseguir excelentes resultados. Resultaría lógico pensar que si los equipos disponibles hoy en día son de altísima calidad y si prácticamente la mayoría de las imperfecciones registradas durante el proceso de grabación son evitables… ¿por qué no grabamos todos los instrumentos y los reproducimos mediante un mezclador directamente ajustando su volumen?

En este contexto surge el concepto de mezcla. Podemos comprobar de una forma sencilla que si cogemos un proyecto en el que disponemos de varias fuentes registradas y ponemos nuestro empeño en hacer que cada una de ellas suene de la mejor forma posible, nos sorprenderemos al comprobar que cuando suenan todas las fuentes al unísono, el resultado no es el esperado. Escucharíamos como grupos de instrumentos compiten por el mismo espacio sonoro.

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